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  • Foto del escritorPiedra Libre

Ayudamos en hebreo, pero trabajamos en castellano

Texto: Jessica Peltz / Fotos: cedidas por la entrevistada


En esta nota Shoshana, la presidenta del Club de Leones Latinos Hasharón, nos cuenta cómo funciona este grupo de voluntarios latinoamericanos que trabaja día a día para darle una mano a la comunidad.


Shoshi, Presidenta del Club de Leones Latinos Hasharón: “Si a vos te gusta ayudar al prójimo sos bienvenido”



Shoshi me abre las puertas de su casa y enseguida me doy cuenta que llegué a un hogar con todas las letras. Ofreciéndome una sopa recién hecha que me cuesta rechazar y con una sonrisa afectuosa que me recuerda a mi bobe, ella me da una bienvenida tan calurosa que por unos instantes me olvido que hace ya un mes que estoy lejos de mi familia. Después de asegurarse que estoy cómoda, que la temperatura del living es la ideal y que no necesito más nada, se sienta a la mesa y de a poco comienza a relatarme cómo surgió la idea de un Club de Leones formado por gente latina.


En el Hospital Meir, con el Profesor Carlos Gordon y el equipo de Neurología


Cuando hizo aliá junto con su esposo Moshe y sus tres hijas en diciembre de 1977, Rosa Lidia Ben Juya de Barbaras decidió que, puesto que iba a cambiar de casa, país y entorno, bien podía también cambiar de nombre, razón por la cual desde ese día pasó a ser conocida por todos como Shoshi. Sin perder por un segundo su tono cálido, me explica cómo fue dejar Argentina en medio de la dictadura militar para venir a vivir a Kfar Saba: “El papá de Moshe trabajó en la DAIA más de 50 años y era muy conocido. En ciertos momentos tuvo varias llamadas telefónicas amenazadoras, lo cual nos incentivó a darles a nuestras tres hijas seguridad, para nosotros y para ellas. Vinimos de paseo un mes para ver de qué se trataba el proceso de aliá y Kfar Saba nos encantó. Volvimos y a la semana les comunicamos a nuestros padres la decisión de que nos veníamos a Israel”. Con la solidaridad a flor de piel y después de haber pasado por Dan Paz Israel, del cual también fue parte de su fundación junto a su esposo Moshe, Shoshi recuerda cómo comenzó a aparecer cada vez más el deseo de brindar, colaborar, utilizando como herramienta de trabajo la lengua materna: “Lo más importante que nosotros queríamos era ver qué se podía hacer hablando en castellano. Que ayudemos en hebreo, pero que trabajemos en castellano. Y lo que nos movió, más que nada, eran muchas ganas de contribuir. Nos dimos cuenta que en cualquier rinconcito, en donde sea, se precisa una mano.  La idea fundamental fue hacerlo en castellano, que es el mamelushen, lo que nos sale más, lo que nos afluye más”. Después de reunir la cantidad de gente requerida y hacer los trámites necesarios, el 13 de junio del 2013 se creó bajo la presidencia de Ricardo Malamud el Club de Leones Latinos Hasharón, conformado en su totalidad por voluntarios latinoamericanos. Cuando le pregunto por los primeros desafíos que se les presentaron, Shoshi cuenta cómo tuvieron que aprender a pedir ayuda al otro sin sentir culpa: “Al principio fue difícil y yo por lo menos soy muy vergonzosa y me cuesta mucho. Con el tiempo fui entendiendo que, como no pido para mí, entonces está bien”. Con 23 miembros que se dividen en diferentes comisiones, el club se reúne el primer jueves de cada mes y, después del cafecito inicial que nunca puede faltar, planifican cuáles son los próximos sitios en los que pueden colaborar. Si bien para convertirse en miembro del club hay que ser aceptado por votación, Shoshi sostiene que, incluso sin saber mucho hebreo, se puede participar porque el único requisito que verdaderamente importa son las ganas de ser solidario: “Si a vos te gusta ayudar al prójimo sos bienvenido”. Aunque Shoshi reconoce que sus responsabilidades aumentaron desde que asumió el cargo de presidenta del club, mandato que dura dos años y que en julio pasará a manos de Marcos Szhafir, asegura que todos los miembros trabajan a la par.


Paseo fraternal del Club de Leones


Entre las numerosas acciones que se llevan a cabo a través del club, cabe destacar la ayuda que brindan todos los días dando de almorzar y ayudando con los deberes de la escuela a niños provenientes de hogares con diversos problemas. Ya sea llevándoles magos y payasos para las fiestas, comprándoles disfraces para Purim o entregándoles juguetes y útiles para el inicio de clase, Shoshi afirma que nada la conmueve más a ella y a sus compañeros que ver contentos a los chicos. Por otro lado, hace dos años que el club hace donaciones para el departamento de neurología del Hospital Meir de Kfar Saba. Gracias al evento anual que organiza el club con el objetivo de recaudar fondos para el hospital, que este año se va a realizar el 13 de mayo en el teatro Beit Sapir de Kfar Saba, el club consiguió diversos aparatos, como un proyector para los consultorios externos y una filmadora para hacer estudios sobre la visión. A su vez, en la actualidad, una de las actividades principales del club es la participación en el proyecto que se lleva a cabo a lo largo del país para detectar el “ain atzelá” (ambliopía) en chicos de entre 4 y 6 años, el cual consiste en recorrer todas las semanas distintos jardines de infantes haciendo la revisación que detecta el ojo perezoso. Así como Shoshi, el Club de Leones Latinos Hasharón recorrió un largo camino en los últimos años. Sin embargo, cuando le pregunto qué sueños le quedan por concretar en el futuro no duda por un solo segundo y, con una convicción que me pone la piel de gallina, contesta: “Mi sueño y el de todos mis compañeros es buscar más leones. Nosotros precisamos ampliar el club para tener más manos, más fuerza para ayudar más”.



Entrevista publicada en PL83 - Marzo/Abril 2017

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