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  • Mica Tramer

Cuando algo te mueve sin darte cuenta: ¿Lo hice sólo porque era Israel?

Actualizado: 3 abr 2022

Con 16 años doné mi pelo a la fundación Zichron Menachem, desde Chile para Israel. Jamás pensé lo que representaba hasta que entendí que mi conexión con este país va mucho más allá.

Cortarme el pelo, el acto más superficial y a la vez más profundo que he hecho. Donar el pelo a alguien, podría decirse que es donar algo de tu cuerpo. ¿Por qué lo hice? Después de varios años me di cuenta que lo hice en gran parte porque es Israel.

¿Lo hubiera pensado si no hubiese sido donar para este país? Nunca lo sabré. Y así es, el sentimiento de pertenencia te mueve de una manera inexplicable.

En 2018 mientras estaba en la secundaria, o educación media como se dice en Chile, me llega un contacto; ‘’Carolina Donación de pelo’’, diciendo que el que quiera puede donar ahí. Justo me quería cortar el pelo, ¿pero tanto como para donar? Lo dejé pasar un tiempo. Una de mis amigas aparece con el pelo corto y me cuenta que donó el pelo nada más ni nada menos que para enviar a Israel. Eso sí que me hizo ruido.

Finalmente mandé el mensaje; ‘’Lo quiero hacer’’, creo que ni siquiera lo pensé. Me mandó todas las instrucciones de donde quedaba y el mínimo del largo de pelo (30 cm). Todo perfecto, como si fuera un acto mecánico.

Jamás me había cortado el pelo más que las puntas, y en ese momento no me lo había siquiera tocado hace más de dos años, ¿y si me arrepentía? Crece, me dije.

El proceso era en una peluquería comercial, porque la que hacía el contacto con Israel era solo una de las peluqueras, que mandaba cada cierto tiempo un encargo con los pelos. Claramente al ser un extra de su trabajo no era tan fácil conseguir una hora, pero lo logré y un sábado de agosto de 2018, fui con mi padre a cambiar mi imagen completamente. Todo gratis y hasta masaje de cabello te ofrecían, aunque uno no siente que se merece tanto, es solo pelo. Sin saber que ese ‘’solo pelo’’ le va a cambiar la vida a una niña.

La primera mirada en el espejo es aterradora, ¿por qué hice esto? Sentir cómo cambia tu apariencia, cómo te sientes contigo misma. Suena superficial, pero la comodidad con la imagen de uno mismo es de las cosas más difíciles de alcanzar en una sociedad como la nuestra, más que nada en plena adolescencia.




El tikun olam, (reparar el mundo en español) es el valor clave de nuestra educación judía. Recuerdo que en la asignatura de Torá teníamos que hacer algo que reparara nuestro mundo. El primer semestre hice un voluntariado junto a mis amigas en un refugio de perros, pero el segundo semestre, ¿qué podía hacer? Otra forma de tikun olam, era donar mi pelo. Estos valores esenciales del judaísmo, junto con el sionismo base de toda mi vida se juntaron y no dudé mucho, sabía que era lo correcto.

La conexión que tengo con Israel es cada vez más fuerte, empezando desde mi familia, mi educación, vivir un programa acá y mi pelo. Sentía que lo estaba haciendo por personas cercanas a mí. No creo poder explicar esto a un israelí, el sentimiento de pertenencia en la diáspora es algo que no siento con nada más. Mi vida gira en torno a Israel en todos los sentidos. Me siento orgullosa sabiendo que aporté, aunque sea algo, a este país, y más que nada a niños inocentes (de hasta 13 años de edad) que se merecen el mundo entero.

Me pregunté tantas veces si debería estar orgullosa, si era suficiente. ‘’Es un lindo acto, y una mitzva maravillosa’’, me dijo Carolina la peluquera. Sé que no voy a cambiar el mundo con esto, sé que los niños siguen sufriendo y que podría hacer tanto más, la verdad sé que voy a hacer tanto más. Pero imaginarme esa sonrisa, efímera y fugaz de una niña al recibir un nuevo pelo, algo con lo que se siente linda y más segura de sí misma, porque eso representa nuestro propio reflejo, nos permite entender cómo nos sentimos. Esa mínima felicidad es lo que me llena el corazón de alguna forma y me hace entender que hasta actos así de pequeños logran un cambio tanto en las niñas como en mí misma, me mueven por dentro para seguir haciendo cosas así. Una vez que se empieza no se quiere ni se debería parar.




La fundación israelí, Zichron Menachem se encarga de ayudar en todos los ámbitos posibles a los niños con cáncer y a sus familias, intentando apoyarlos en lo que necesiten para luchar de la mejor manera posible. Desde apoyo emocional, actividades recreativas hasta pelucas donadas. No había investigado antes, es realmente admirable y digna de conocer.

El 2020 llegó. Dos años después, sin esperarme nada porque me sentía completa, llega un sobre a mi casa. ¿Quién me podría mandar algo desde Israel?, para mi sorpresa era Zichron Menachem. Con un diploma me agradecen por el pelo donado. Ahí recién recordé y sentí lo que hice. Al segundo, después de donarlo, perdí completamente el contacto del proceso porque la peluquera hacía todo. Cuando vi una evidencia de que realmente le llegó a una niña con cáncer, lo sentí.

Me di cuenta que me desconecté del proceso. Me contacté con Carolina y me ayudó a entender más cómo fue que llega el pelo a Israel. Está claro que no es una tarea fácil, hay una organización por detrás y no todo es color de rosas, hay que encontrar alguien que se ofrezca a trasladar el pelo. ‘’Siempre lo mando coordinando con alguien que vaya a Israel y tenga ganas de ir a la fundación a dejar el pelo a Jerusalem’’, me cuenta Carolina. Aunque no lo crean, ‘’el pelo no necesita ninguna forma especial de conservación, pero sí podemos meterlo en una bolsa de género para evitar que se humedezca.’’, así es como Carolina lo hace con las donaciones.



Tanto las personas que donan su propio pelo, como la peluquera que lo hace gratis y quien lo traslada por el Atlántico se merecen el mundo. Distintos pasos que finalmente hacen feliz a una niña. Todo por esa sonrisa. ‘’Una vez me invitaron a cortar el pelo a un grupo de niñas para donar el pelo en una fundación de Israel para niñas con cáncer y a mí me encantó la idea. Desde ese día lo hago yo’’, dice la peluquera.

Nunca sabré a quién le llegó en específico, ¿Pero acaso importa? ‘’De parte de los niños de Zichron Menachem, te agradecemos por este generoso y desinteresado acto.’’, eso dice mi diploma de parte de todos los niños. Fuerte que te hagan sentir como la mejor persona del mundo sin que tú te percibas de esa manera, pero así es para los niños. Me gustaría agradecerles a ellos por tomarse el tiempo de hacerte sentir que cambias el mundo. Todos deberíamos tener la oportunidad de sentirnos así una vez en la vida.


Página para saber más sobre la donación de pelo en la fundación:





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