Javaia Israelit es una empresa líder en turismo educativo grupal en Israel. Subsidiaria de la
Agencia Judía, provee a sus clientes paquetes con programas hechos a medida, y ofrece los
más altos estándares de servicio, seguridad y protección.
Su misión es crear experiencias significativas y emotivas en Israel. Se esfuerzan en fortalecer
la identidad judía de cada participante, profundizando a la vez su relación con Israel y
afianzando el mantenimiento de la continuidad judía en sus comunidades de origen.
Javaia Israelit es un operador turístico que trabaja con diferentes proyectos en Israel y
ofrece diferentes programas, para diferentes edades, que van de 10 días a un mes (los de
corta duración) y los otros son de larga duración que incluyen pasantías.
Entre los programas se encuentran: Taglit-birthright Israel, Masa, Lej leja, Maguen David
Adom, Onward, etc.
Son las 9 de la mañana y cafecito de por medio, nos encontramos con el director del
programa Taglit para Latinoamérica, por la Javaia Israelit, Demián Lisak. Durante la hora y
media que duró la entrevista, Demi como lo llaman los amigos, no dejó de sonreír y contar lo
que lo apasiona, su trabajo.
Demián Lisak: " Siempre conmueve ver a los chicos llegando a Israel, emocionándose en el aeropuerto,
en el Muro de los Lamentos y gozando de un taller de tambores en el desierto".
Foto: Piedra Libre
Demián Lisak (Demi), tiene 30 años e hizo aliá hace 23 junto a sus padres y hermano, que en
ese momento tenía dos años. Llegaron al Centro de Absorción (merkaz klitá) de Raanana y
en la actualidad vive en la misma ciudad, con su futura esposa.
En su paso por el ejército estuvo en una unidad encargada de administrar todo lo que está
relacionado con los desertores de Tzáhal, los que se oponen a ser asignados en ciertas
unidades. Luego estudió Sociología y Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea en
Jerusalem.
"Durante mi servicio en el ejército tuve la oportunidad de conocer bien a la sociedad israelí
en toda su diversidad. Llegaban drusos, árabes, cristianos, ortodoxos, etc. todo tipo de
gente. Salí del ejército y me puse a trabajar a full 24/7. Ahorré plata y me fui de viaje un año
por Latinoamérica. Empecé en Panamá terminando en Brasil. Fue una de las experiencias
más importantes y significativas que tuve en mi vida. Ahí conocí el mundo. Paseando,
caminando por Latinoamérica, subiéndome a los micros, cruzando todo el continente.
Conocés gente de todos lados y te encontrás con la movida israelí. Es una experiencia israelí
no menos que una experiencia latinoamericana. Eso es impresionante y lo super
recomiendo".
Terminó el viaje, volvió y trató de aterrizar. "Me llevó un tiempo y empecé a trabajar. Ahí
entré en una etapa que sigue hasta hoy día. Me refiero a sumergirse en el mundo del área educativa de lo que es la Javaia Israelit ya que volví y quería seguir paseando. Me quedó ese bichito, y el idioma español… Trabajé como mozo un tiempito hasta que escuché que había
una postulación para ser madrij en un programa de jóvenes que vienen del exterior. No sabía ni lo que era. No tenía experiencia, solo lo que aprendí en el ejército, aunque de hadrajá no tenía nada y dije: bueno, voy, no pierdo nada…".
Fue a la Javaia Israelit en Jerusalem, tuvo un día de miunim y quedó asignado. "Hice un
seminario de madrijim que duró 3 días, muy interesante. Nos dieron herramientas, en ese
momento tenía 22/23 años y me asignaron ser madrij de un grupo de Argentina, de una
delegación con 3 colectivos que llegaron del programa Jail. Eran alumnos de Bialik de
Rosario, Escuela Israelita General San Martin de Córdoba, Buber, Scholem, Ort, etc. Fue mi
primera experiencia como madrij. Fueron 10 días muy intensos. Lo pasé genial, me encantó,
y con la inercia de la vida llegué a lo que soy hoy…director del programa Taglit para
Latinoamérica, por la Javaia Israelit"
Demi Lisak: "Me fui de viaje un año por Latinoamérica. Fue una de las experiencias más importantes y significativas que tuve en mi vida". Foto: cedida por el entrevistado
Hablemos entonces de lo tuyo, TAGLIT
¿Cuándo comenzó Taglit?
Este programa se fundó hace 20 años aproximadamente con la idea de poder afrontar lo que
es la asimilación en el mundo judío, particularmente en los Estados Unidos, con la posibilidad de reconectar a los judíos, a los jóvenes con ascendencia judía, conectarlos con el judaísmo, profundizar la relación con Israel y fortalecer también las comunidades.
¿Cuánto tiempo dura el programa?
Taglit es un programa de 10 días que aplica en jóvenes entre 18 a 26 años de ascendencia
judía, que no hayan participado en un programa organizado educativo después de los 18
años en Israel. Quien cumple estos requisitos puede participar.
Contanos en que consiste el programa de 10 días.
El programa tiene como objetivo generar una experiencia transformadora que le ocasione
inspiración al que participa.
Durante estos días el grupo está con un guía de turismo profesional que les enseña, les
muestra Israel, pero lo más importante es la experiencia vivencial. Ahí es cuando una
persona internaliza y entiende que a veces lo que él pensaba que conocía, que leyó, que
escuchó a través de los medios, no siempre es verdad o es mucho más fuerte que eso y de
repente, los cuentos de la tía, de la abuela, sobre Israel, sobre sus raíces, la historia familiar,
son reales….
Estos diez días muy intensivos, tienen mucha carga emocional, sentimental, compuestos por
experiencias diferentes ….
Hay módulos educativos que queremos cumplir, entre ellos historia, la geopolítica de Medio
Oriente, la historia de Israel, la cultura israelí, el Israel contemporáneo, la sociedad israelí, el
Hi-tech, que hoy está muy de moda.
Las delegaciones que llegan con Taglit vienen acompañadas por dos madrijim (coordinadores) que son capacitados en su país de origen y acompañan la instancia del pre viaje, que consiste en unos encuentros de integración grupal, con contenidos que preparen la experiencia en Israel, que les enseñen… En algunos casos, los participantes que vienen están muy alejados de sus raíces judías, de la religión, de la comunidad y esos dos madrijim acompañan a este grupo de 40 jóvenes en su viaje por Israel.
Una vez aterrizados en Ben Gurión, los espera un guía de turismo profesional, que lidera el grupo.
¿Y cómo es la parte de bitajón (seguridad)?
El staff de Israel está compuesto por el guía, el chofer y un hombre de seguridad que está
con ellos los 10 días y es parte del grupo.
¿Cuánto cuesta hacer el viaje?
Es un regalo, no tiene costo. En este programa se dejan 250 dólares para aplicar en
condición de depósito de garantía. Al terminar el viaje, cada participante puede
decidir donar esa plata o se le reembolsa todo el dinero. Si deciden donarlo, el dinero va a
un fondo que se va generando para asegurar la continuidad de este proyecto en su país,
para su comunidad. Taglit es un programa sin costo.
¿Qué pasa si uno de los participantes, durante la estadía, se aburre o quiere retirarse del programa?
No pasa. No me pasó nunca que me digan "no quiero seguir". Y si pasa, no retenemos a
nadie a la fuerza. Estamos trabajando con gente adulta.
Cuando el participante aplica para vivenciar este programa, ¿se compromete de alguna manera?
Sí. Los chicos cuando aplican firman que aceptan las condiciones y normativas de Taglit y si
las rompen, pierden sus derechos, pueden ser sacados del programa y deben regresar a su
país.
Al aplicar en este programa se comprometen a participar de todas las actividades.
¿Tienen tiempo libre?
Muy poco. En ciertos lugares un ratito.
¿Qué pasa si una persona quiere quedarse más tiempo en Israel o abrir el pasaje para
seguir paseando por Europa?
Cuando tienen la confirmación que son asignados para viajar por Taglit, ellos se pueden comunicar con la agencia de viajes que es la encargada de sacar los vuelos pidiendo la
extensión de la estadía en Israel o para seguir por Europa. Pero insisto, es algo que lo trabajan en forma individual con la agencia de viaje.
¿Cómo se financia Taglit?
El regalo no cae del cielo, un regalo siempre lo da alguien, ¿no?
El financiamiento está dividido en tres componentes: el Estado de Israel que destina mucho
dinero, filántropos a nivel mundial de fondos para poder mantener el programa y en tercer lugar un socio local que varía según el país, la comunidad. Un partner local que pone un tercio del financiamiento.
¿Quién busca esas personas?
Hay un departamento de desarrollo en Taglit encargado de recaudar dinero.
¿Cómo se entera la gente que existen?
Eso es parte de mi trabajo. Primero tenemos que asegurarnos que todos sepan, de difundir
entre la gente lo que es Taglit. Parte de mi trabajo es ir a los diferentes países de
Latinoamérica y poder juntarme primero a nivel institucional con activistas, voluntarios, de
las diferentes comunidades, hablar del programa y que trabajen con nosotros, que sean
nuestros aliados.
Luego ellos también arreglan encuentros con sus chicos -eso a nivel institucional- para que
nosotros contemos de qué se trata el programa y también para poder llegar a esos jóvenes
que están alejados de las comunidades. Ese es el gran desafío.
¿Cómo llegás a ellos?
Se trabaja en las redes sociales, se hacen encuentros, reuniones informativas donde
convocamos a quien quiera escuchar y también de boca en boca. Hacemos un trabajo muy
fino de hablar con cualquiera, sea un joven o un adulto o un abuelo que pueda contarnos
quienes están en la comunidad o quienes estuvieron con él y si sus nietos están alejados,
asimilados, que nos pase el contacto. Vamos haciendo un trabajo muy fino de llamar y que
nos pasen, a su vez, otros contactos y así sucesivamente.
De todos modos, la mejor publicidad o lo que más convence es cuando una persona que
pasó esta experiencia le puede transmitir a un candidato lo que es, lo que vivió. Es algo
genuino de alguien que lo pasó, por eso lo de en boca en boca.
¿Viajás mucho?
De dos a tres veces por año.
Trabajamos con las comunidades grandes de Latinoamérica ya que ahí hay mercado, llegan
solos. En la Argentina la colectividad es muy grande y por naturaleza hay muchos grupos de
Taglit; pero también gracias al posicionamiento de este programa se logró llegar a muchos y quieran participar.
¿Cuál es tu desafío, a dónde querés llegar?
Ahora estamos con un nuevo programa que se llama Latam para llegar a toda Latinoamérica,
para poder ampliar la actividad de Taglit. Queremos potenciar el trabajo en países como
Chile, Uruguay, México…. etc.
Para poder trabajar con un país determinado, se tienen que dar las condiciones para que se
pueda aplicar la actividad, me refiero a los fondos y demás… Luego podemos empezar a
difundir y hacer trabajo fino de marketing, de divulgación y eso lo hago cuando viajo.
Trabajamos con voluntarios locales y es impresionante. Es algo que aprendí, que no conocía.
La fuerza que tiene el trabajo comunitario, el compromiso de mucha gente que le dedica día
y noche a misiones que tienen que ver con la comunidad, con la conexión con Israel, por
ejemplo, con Taglit, es impresionante.
Si tenés que decirle a alguien que no deje de vivenciar la experiencia de Taglit, ¿qué le dirías?
La dificultad que yo tengo es poder transmitirle a un joven que no estuvo en Israel lo que es
Israel en un principio y luego lo que es la experiencia de Taglit porque es demasiado buena
para poder creerlo. No es casual que muchos chicos que participaron como janijim luego
vuelven y quieren seguir involucrados ya que es una experiencia transformadora -y esto no
es un klishé- que te marca de por vida. Es difícil poder transmitir esto a alguien que no
estuvo, que de por sí puede ser un poco escéptico y esa es la dificultad.
Israel hoy en día, tiene mucho para ofrecer. Al que le interesa la historia, la historia judía, lo
que pasa en Medio Oriente, los orígenes del pueblo, pero también al que le gusta el
emprendedurismo, el startup, la música, etc. La sociedad en Israel está compuesta por
muchos colores, es muy diversa. Llegaron judíos de Irak, de Irán, de Marruecos, de Brasil,
etc. Israel es un crisol de razas y podés encontrar de todo. Si te gusta la música vas a
encontrar un tesoro musical y si te gusta la comida también va a encontrar un tesoro
culinario. Así en muchísimas áreas.
Los jóvenes que participan tienen entre 18 a 26 años. No debe ser fácil lograr atraerlos en las charlas, en los paseos, etc.
Nosotros trabajamos en un ambiente muy dinámico. Vamos actualizando todo el tiempo las
actividades, los programas. Estamos muy atentos al impacto que genera en el público y
aparte estamos en una época muy especial. En esta época no los comprás con cualquier
cosa. Los tenés que desafiar, impactar y eso implica trabajo y mucho pensamiento. Vamos
cambiando con gente copada, con diferentes perspectivas de lo que es Israel y formas de
llegar a la gente desde diferentes lugares tocando lo que le gusta.
Y por suerte mostramos Israel que, como dije antes, es un país que tiene mucho para
ofrecer. Israel no desafía, los que estamos con el desafío somos nosotros en poder transmitir
esto.
Durante todos estos años de trabajo seguramente tuviste vivencias especiales o que
quedaron marcadas.
Como dicen varios actores, cada vez que se suben al escenario sienten como si fuera su
primera vez, sienten la misma emoción. Con los grupos me pasa lo mismo. Siempre
conmueve ver a los chicos llegando a Israel, emocionándose en el aeropuerto, en el Muro de los Lamentos y gozando de un taller de tambores en el desierto. Todo esto es muy fuerte. Hay casos específicos, muchos que decidieron volver e hicieron aliá.
Además, tampoco puedo olvidar cuando comenzó mi conexión con Taglit siendo soldado, hace mucho tiempo. Fue un recreo del servicio militar, salí cuatro noches, cinco días, con un grupo de Argentina.
Contanos un poco en que consiste participar en Taglit siendo soldado…
No necesariamente tenés que ser soldado. Taglit siempre tiene un grupo de israelíes, lo
llamamos mifgashim. Son 8 personas que llegan y participan de la experiencia. Hay soldados,
estudiantes, cómicos, etc. Una de las condiciones que tienen que tener para poder ser parte
es hablar el idioma del grupo al que van acompañar todos esos días.
El grupo de los 40 jóvenes llega a Israel y en algún punto del programa se incorporan los
israelíes para participar y terminan siendo un grupo unido. La idea es que se genere un
intercambio cultural, que se conozcan unos y otros. Esta es la diferencia que marca por ser
un programa educativo. Es una experiencia vivencial, alguien que vive acá, que es tu par
israelí, del mismo rango de edad, que te pueda contar de Tházal, de cómo es el trabajo en
una compañía de startup, de cómo se crio acá, lo que les gusta y lo que no le gusta de Israel,
etc.
Si alguien que vive en Israel leyó la nota y quiere ser parte de este proyecto, ¿cómo tiene que hacer?
El que quiera participar desde acá en Taglit, que tenga el mismo idioma del grupo para poder comunicarse y que venga con el objetivo de llegar y venir a conocer pares de otro país y hacer pasar esta experiencia muy significativa para ellos con ellos, puede enviar un email a Demianl@israelexperience.org
Es importante que se acerquen y sean parte del programa. La convocatoria está abierta a todo el público, jóvenes de 18 a 26 años que quieran participar, que sepan idiomas y puedan pasar esta experiencia.
Justamente vuelvo a mi primera experiencia como soldado en un grupo de Taglit. Fue tan positivo el volver a enamorarte del país en el que vivís, con la gente que convivís y todo a través de los ojos de un extranjero al verlo, por ejemplo, emocionándose con algo que para uno es obvio, como ir al kotel con la escuela, que de repente en esos cinco días tan intensos te hacen ver tu país de otra manera. También es escuchar tu idioma, revivir y sentir tu país de origen. Además, pasa el tiempo y esos jaialim que se hicieron amigos de los chicos que acompañaron, realizan su viaje por Sudamérica después del ejército y terminan encontrándose con parte del grupo de Taglit.
¿Generalmente quien los manda o cómo los eligen?
En los diferentes campos de las universidades hay referentes encargados de convocar a
Taglit, en las grandes empresas también. En el ejército la mashakit jinuj (coordinadora de
educación) normalmente es la encargada de coordinar Taglit en su unidad.
Demi, y después de esto ¿que sigue?
Primero este trabajo te envuelve todo el año y me da mucha motivación. Hay mucho para
hacer, llegar a un nuevo público, a nueva gente que no conoce estos proyectos y que el
regalo está esperando ahí. Sólo hay que informarles, es un gran desafío.
Quiero seguir creciendo, maximizar, potenciar este trabajo, esta actividad en toda
Latinoamérica. Tengo mucho por hacer, que conozcan Israel, que se enamoren de Israel, que
conozcan la complejidad en la que vivimos. No todo es rosa y eso también es un mensaje.
Justamente se trata de mostrar objetivamente lo que es Israel y no a través de ninguna
pantalla o filtro, lo que es de verdad. Que se vive bien, que la gente prospera, aunque la vida
es compleja. Ese es nuestro desafío y lo tenemos todos los días.
Volvamos al costo del viaje del programa Taglit. Sólo depositan 250 dólares que encima si quieren, se les reembolsa ¿Quién más ofrece algo así?
No creo que exista otro pueblo en el mundo que haya creado una organización así. Nadie.
Creo que solo el pueblo judío. Vayamos para atrás, pensá en un pueblo que invierte tanto
financiamiento, le pone tantas ganas para que todo el pueblo judío, todo el que se alejó
pueda acercarse y conocer lo que son sus raíces, su historia, que pueda repensar su
identidad.
¿Si no sos judío podés participar de este programa?
Tenés que tener ascendencia judía. Padres o abuelos judíos. Tenés que mostrar certificado
de judeidad.
¿En qué época del año vienen los grupos de Taglit a Israel?
Hay dos temporadas. Una es en invierno de acá (fines de diciembre a principio de febrero) y
la otra es de fines de junio a principios de agosto. Es un mes y medio con un montón de
grupos.
¿Hay novedades para la próxima temporada?
La idea es sacar tres grupos de México, uno de ellos es un grupo de mujeres ortodoxas de la
comunidad Maguen David. Hay grupos de todo el mundo compuestos solamente por
hombres o mujeres.
Taglit trabaja con todo el abanico dentro del judaísmo, con todas las comunidades,
ortodoxas, reformistas, conservadoras, etc.
Por otra parte, hay un nuevo producto de Taglit y es el mismo concepto de viaje adaptado a
un público más grande del que venimos hablando. La edad de los participantes es de 27 a 32
años. Por el momento salen desde Buenos Aires, Argentina. Tienen un poco más de
independencia donde pueden salir de noche, pueden moverse con cierta libertad.
Deben cumplir con los mismos requisitos, que no hayan participado en un programa
educativo en Israel después de los 18 años.
Mientras apago el celular, Demi quiere remarcar los tres puntos fundamentales del
programa "Conectar con las raíces con el judaísmo, profundizar el conocimiento con
Israel y fortalecer comunidades".
Gracias Demi por tu tiempo.
Gracias a vos.
Para cualquier información con respecto al programa Taglit, si alguien en Latinoamérica está interesado en participar, se puede contactar a través del email Demianl@israelexperience.org
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